Nuevas metas terapéuticas en el tratamiento de las dislipemias: colesterol no HDL y remanentes de colesterol

Resumen

El c-no-HDL es un potente indicador de las lipoproteínas ricas en apoB, su determinación es mucho más sencilla, no requiere el ayuno para cuantificarlo, sin estar influido por la cifra de triglicéridos, y es un excelente marcador de colesterol aterogénico, con una mejor correlación con el riesgo cardiovascular que el cLDL. Los pacientes con alto riesgo de dislipidemia aterogénica la estrategia de considerar el c-no-HDL como un objetivo primario está permitida, porque incorpora el riesgo de origen lipídico mejor que el cLDL y porque es más factible que la determinación de apoB. El objetivo terapéutico del c-No-HDL es agregar 30mg/dL al valor objetivo de cLDL calculado, en la población general se mantienen niveles óptimos de c-no-HDL menor de 130 mg/dL. Un paciente considerado de muy alto riesgo, el cLDL objetivo es menor a 55mg/dL, así su c-no-HDL no debe superar los 85mg/dL. El colesterol no HDL se convierte en un excelente indicador de la totalidad de colesterol aterogénico. Y es un objetivo terapéutico primordial en individuos con dislipidemia aterogénica. La evidencia disponible hasta el momento muestra el beneficio de agregar eicosapentanoato de etilo a los pacientes con elevación del colesterol no-HDL bajo tratamiento óptimo con estatinas, para la reducción del riesgo cardiovascular. Los fibratos pueden considerarse en pacientes con hipertrigliceridemia extrema.